Bajo la perspectiva del “aprender haciendo” y la convicción de que en la actualidad la educación no se ciñe solo a las escuelas, si no que puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar, el Camino de Santiago ofrece múltiples posibilidades educativas, símbolo y pretexto para movilizar al alumnado y ampliar sus competencias dentro de una propuesta educativa interdisciplinar, cooperativa, coeducativa, y sensibilizada con el medioambiente.